Todos los que tratamos de colocar nuestros productos o proyectos, en el mercado, estamos en busca permanente de la oportunidad. Pero: ¿dónde está esa oportunidad que necesitamos? Lamentablemente, eso no lo sabe nadie.
Muchas veces es la suerte la que coloca a una persona en el camino del éxito, y digo el camino, porque sin trabajo tampoco el camino es fácil. Hay muchos casos en la historia que ilustran este punto. Pensemos en Edith Piaf la fantástica cantante francesa que cantando en Pigalle en plena calle para ganarse la vida, fue descubierta en 1935 por Louis Lepleé dueño de un club nocturno de fama en París quién fue la persona idónea que la colocó en el mundo del canto profesional. Pura suerte diríamos, ¿estaba en el lugar correcto en el momento correcto? Sí, pero la realidad es que estaba trabajando y exponiéndose al público frente al cual las probabilidades son infinitas e insospechadas.
¿Qué quiero decir con esto?, pues que sencillamente, por muy desalentados que nos sintamos, no queda de otra que ganar visibilidad y seguir trabajando y mostrando nuestro trabajo en cuanto espacio sea posible.
Muchas veces la oportunidad también se hace, y no podemos sentarnos a esperar a que aparezca un “ángel” salvador que como súper héroe nos coloque en el camino del éxito. Dicen que la suerte es loca y a cualquiera le toca, pero mientras llega, si es que lo hace, no tenemos otra opción que trabajar sin descanso para hacernos reconocibles y diferentes y estar preparados para esa oportunidad que en algún momento construiremos o aparecerá.