Sep 132010
 

No puede haber mercadeo de arte sin imagen artística. Cada obra de arte, en su condición de imagen artística como dije en el post anterior, es una suerte de “solución” creativa que cada artista da como respuesta a las diferentes inquietudes estéticas que siente en un momento dado y esta imagen puede plasmarse o materializarse através de diferentes soportes y medios.
Para los que trabajamos en el mercadeo del arte, cada imagen artística es un producto concreto que tenemos que ser capaces de ayudar  a  sintonizar con los diferentes públicos. Nunca dos imágenes artísticas, ni aun siendo del mismo autor van a ser iguales, por lo que cada una requerirá de un esfuerzo de mercadeo particular y único.
Para poder realizar un mercadeo efectivo del trabajo de cualquier artista es imprescindible ante todo adentrarnos en su esencia y en sus rasgos de identidad particulares, pues vender es vender una diferencia y esto nunca lo podemos perder de vista.
Muchas veces la obra de un artista está marcada por rasgos particulares y únicos como pueden ser un estilo, una sonoridad, un formato, un motivo repetido, una forma particular de hacer etc. y esto resulta para el mercadeo una gran ventaja pues la existencia de un sello sólido desde el punto de vista creativo facilita todo el trabajo de construcción y generación de una marca y de una  imagen de marca consistente.
También es importante tener en cuenta que algunas veces una obra concreta de un artista es tan fuerte en términos de imagen, que “colorea” para siempre el resto de su producción.
A partir de la promoción de las diferentes imágenes artísticas y de su “consumo estético” por parte del público, se generan  en la mente de éstos, imágenes estéticas secundarias que responden a su capacidad de percepción, subjetividad, sensibilidad, etc. y es esta generación de imagen estética secundaria la que resulta vital para el mercadeo del arte.
No importa lo que un artista haya querido decir, lo importante es conocer cómo lo percibió el público y como lo posicionó en su mente dentro de su categoría de imágenes previas.
Sin público no hay obra de arte, y solo mediante el consumo estético estas se realizan en el mercado como productos acabados de ahí la importancia para el mercadeo de arte de conocer los públicos y como una imagen artística impacta en ellos.