Uno de los problemas más difíciles de enfrentar por cualquier persona en su vida diaria y por cualquier gestor de proyectos es qué decisión tomar ante una determinada situación. Para cualquier artista esto también resulta un reto. Se dice que algunas personas cuentan con una suerte de capacidad particular que como “radar” les permite sortear obstáculos y decidir casi siempre acertadamente ante situaciones o problemas difíciles, pero no todos contamos con ese don. En las teorías de gestión y mercadotecnica se habla de la necesidad de aprender a tomar decisiones racionales ante los problemas, no descartándose en este proceso las “corazonadas” o la “razón con prisa” que como cualidades particulares algunas personas puedan desarrollar ,pero asumiéndose la toma de decisiones como un proceso que debe recorrer diferentes etapas para que pueda resultar efectivo .
Uno de los aspectos sobre los que más se comenta en este proceso, es acerca de la importancia de contar con buena información, y es común que en muchos proyectos artísticos se den alguna de las siguientes situaciones con relación al asunto:
- No contar con ninguna información relacionada con el problema o situación de que se trate.
- Contar con información equivocada.
- Tener la información tan dispersa que resulta muy difícil localizar hechos simples.
- No contar con información relevante sobre el tema.
- No tener mecanismos para obtener información útil.
- No contar con fuentes fidedignas para corroborar información sensible.
Sin embargo, aún y cuando la información es vital y se piensa que siempre tiene que venir de “fuera” es imprescindible que en este proceso aprendamos a mirarnos hacia adentro y seamos capaces de evaluar y correlacionar los resultados de nuestra propia experiencia de vida, nuestras debilidades, nuestras fortalezas y la información o datos disponibles acerca de nuestro propio desempeño.
Resulta vital en este proceso ser objetivos y francos con nosotros mismos, estar conscientes de nuestros errores y posibilidades reales y saber con certeza que queremos lograr desde la perspectiva mercadotecnica en cada situación en particular, pues sin esta definición no podremos avanzar en ningún sentido, ya que tiene que existir una relación clara entre los objetivos de mercado que pretendamos alcanzar y las acciones que decidamos emprender para lograrlos.
Es muy importante estar claro de que en cualquier toma de decisión interviene el estilo personal de la persona a cargo, su intuición, su capacidad, su lógica y su sentido común, y que la toma de decisiones se produce siempre en un determinado contexto de incertidumbre, siendo esta, la que debemos tratar de reducir .
Se dice que cualquier toma de decisión tiene una situación que la antecede, por lo que esta se produce gradualmente, como parte de un intrincado proceso de descubrimiento de un determinado problema o situación. Este es un proceso que puede resultar complejo, pues a veces coexisten en él, criterios contrapuestos que deben ser conciliados en decisiones equilibradas. Es importante reconocer que cualquier decisión está coloreada por los valores y la personalidad del que la toma ,y en el caso de proyectos u organizaciones con determinado nivel de estructura, están deben realizarse dentro del marco de políticas y éticas de funcionamiento pre establecidas lo que hace al proceso mas difícil y comprometedor.