Jun 182010
 

Hoy quiero abordar un tema interesante, y es el referido a la noción que por lo general se tiene acerca de la mercadotecnia. Parto de una experiencia concreta de vida que está dada por el hecho de que hace unos meses impartí un modulo de maestría sobre Mercadotecnia para proyectos artísticos a directores de documentales, y el primer día de clases, al llegar y presentarme ,un alumno me dijo : ¿ Ud. es la que nos va a enseñar a hacer negocios ? y yo le contesté, no, yo soy la que los voy a enseñar a PENSARSE para que después puedan hacer negocios.

Ese simple intercambio de palabras  se ha mantenido en mi mente como algo extraordinariamente interesante, pues en él se resume, la percepción generalizada que sobre la mercadotecnia tienen la mayoría de los mortales .
Existe una tendencia generalizada a ver el tema de la mercadotecnia asociado a la figura de las empresa y a los negocios de transacción, cuando en realidad no podemos decir que exista ni un solo tipo de mercadotecnia ni tampoco que esta esté relacionada exclusivamente con este tipo de entidad y este tipo de intercambio.

Cuando hablamos de mercadotecnia estamos hablando ante todo de lo que muchos expertos reconocen como”mentalidad mercadotecnica”, la que supone una forma particular de abordaje de las relaciones de intercambio que se dan a todos los niveles de nuestra existencia. Esta mentalidad demanda una forma particular de abordaje de la realidad y una forma también particular de “pensarnos” a nosotros mismos antes de negociar cualquier cosa con cualquiera teniendo muy claros además, los objetivos que queremos lograr a diferentes plazos, sin cuya definición no se puede alcanzar nada.

En el caso de los alumnos de la maestría a que hago referencia, después de quince días de profundizar hasta el fondo en las potencialidades de sus proyectos desde esta perspectiva, ellos mismos descubrieron que no estaban preparados para venderse a nadie, pues no conocían a fondo entre otras cosas: qué diferenciaba a sus  proyectos de proyectos similares a los de ellos,que realmente necesitaban, cuáles eran sus fortalezas y debilidades internas, cuáles eran las oportunidades y amenazas que el entorno representaba para ellos, ni quieren eran sus públicos potenciales.

Después de hacer esta suerte de “exorcismo” fue que estuvieron en condiciones de saber realmente que querían alcanzar, dónde debían hacer la fuerza y que beneficio representaban sus proyectos para terceros.
El taller final fue una fiesta.