Oct 012014
Una actividad imprescindible para cualquier artista es la de promover su trabajo por todos los medios a su alcance. Sin embargo, esta no es una actividad que se puede hacer festinadamente y sin dedicarle un tiempo previo a la acción.
Durante mis años de trabajo con artistas, he sido testigo de manera reiterada de esfuerzos y recursos empeñados en acciones promocionales totalmente infructuosas que muchas veces, cuando de materiales impresos se trata, terminan almacenados por años o en otros casos no tienen impacto efectivo en los públicos de nuestro interés.
En este trabajo hay que tener claridad en varias cosas antes de decidir qué medios o soportes utilizar.
- 1. Tener conciencia de que promover es la acción de vender, y que vender, es vender una diferencia.
- Saber con claridad a que públicos queremos dirigir nuestra promoción y que respuesta esperamos de ellos. Que nos conozcan, que nos compren, que nos prefieran, que nos sean fieles.
- Diseñar un mensaje con argumento central claro que exprese lo que realmente queremos decir. Los mensajes pueden ser de diferente tipo: emocionales, racionales, o morales.
- Dejar claro que beneficio pueden esperar los públicos de nuestra propuesta. Cuál es el valor medular de lo que hacemos.
- Aplicar la creatividad a nuestro mensaje para que resulte atractivo.
- En función de donde estén el, o los públicos de nuestro interés, seleccionar el o los medios para llegar a ellos.
- Asesorarnos o contratar a profesionales que nos ayuden a lograr una imagen atractiva desde el punto de vista visual para nuestro mensaje.
- Utilizar todas las posibilidades tecnológicas y de comunicación a nuestro alcance hoy sin desestimar acciones más tradicionales pero que pueden resultar efectivas bien combinadas.
- Aprovechar al máximo el presupuesto a nuestro alcance buscando fuentes alternativas de financiamiento como pueden ser sponsors.
- Tratar de medir el impacto de lo que hemos hecho para mantener lo útil y desechar lo poco efectivo.
- Pensar antes de actuar.