Uno de los temas que ha sido una constante en la vida de los artistas desde la antigüedad, ha sido el de buscar financiamiento para sus proyectos.
Este es un tema complejo que requiere de habilidades y de un trabajo sistemático. Algunos artistas tienen la capacidad de lograrlo con relativa facilidad, mientras que a la gran mayoría el tema se les convierte en algo realmente tortuoso.
Lo más importante, antes de hacer cualquier gestión en este sentido, es tener claridad sobre diferentes aspectos sobre los que casi siempre parece tenerse definiciones claras, pero que la gran mayoría de las veces, de acuerdo a mi experiencia personal no se tienen.
Entre los principales aspectos –entre otros- sobre los que es importante tener claridad están los siguientes:
- En qué consiste nuestra obra y/o proyecto.
- Que es exactamente lo que necesitamos.
- En qué cantidad.
- Cuándo lo necesitamos.
- Para que es necesario este apoyo.
- Cuando se verán en el tiempo los resultados.
- Que beneficio va a obtener el aportador de su apoyo.
Resulta imprescindible que tengamos claridad absoluta sobre las características de nuestra obra o proyecto y podamos exponerlo de una manera atractiva y motivadora. Cualquier propuesta tiene que ser enunciada como un discurso de venta corto, concreto, lleno de vida, y que denote una proyección de futuro clara. No es necesario hacer historias pasadas sobre nuestras penurias o fracasos. Eso no interesa a nadie.
Qué necesitamos, en qué cantidad y para cuando lo necesitamos aparecen lugares comunes pero no lo son. Un apoyo puede darse en valores, productos y/o servicios y es imprescindible saber con exactitud qué necesitamos, en qué cantidad, para que exactamente hace falta cada cosa y en qué momento hacen falta. No se puede pedir por medir sin tener primero un pequeño plan elaborado que le dé la medida al aportador de que nosotros sabemos lo que estamos haciendo. Esto sirve además para poder negociar y ajustar elementos si fuera necesario.
Cualquiera que aporta algo quiere saber para qué es necesario lo que está dando, pero además, quiere saber en qué tiempo va a ver los resultados de su aporte. Podemos hablar del montaje de un espectáculo, de la preparación de un concierto, de la grabación de un disco, de una gira local, de la inauguración de una galería, en fin de infinitas posibilidades pero en cualquier caso hay que especificar el uso del aporte y un estimado en tiempo de cuándo podrán verse resultados parciales o totales.
Entre los elementos más importantes está el hecho de que el que aporta tiene que sentir cómo se va a beneficiar del mismo. Aquí es necesario pensar detenidamente en todas los aspectos en que podemos dar crédito o visibilidad a la persona, institución, empresa o cualquier otra entidad que nos está apoyando. Mucho de los aportes a las artes se hacen por individuos filántropos que no quieren una publicidad explícita como puede querer una empresa para sí o sus marcas, pero en cualquier caso se puede pensar en agradecimientos públicos, invitaciones, etc.
Por último es esencial mantener permanentemente informado al aportador del desarrollo del trabajo que hacemos y de cómo su apoyo se va materializando.
Es imprescindible convertirlos en parte de nuestro proyecto y no asumirlos como simple elementos externos a nuestra gestión. Este es un trabajo que requiere de un esfuerzo permanente en el que no podemos desmayar.