Mar 052012
 

Desde la antigüedad, los artistas han enfrentado el reto de tener que aprender a venderse y vender su obra a mecenas, posibles patrocinadores, intermediarios y públicos finales. La elaboración y presentación de un discurso de venta ha sido un reto eterno y casi un arte, en el que de forma concisa y rápida los receptores tienen que ser capaces de percibirnos a nosotros y nuestra  propuesta como única, entender que beneficios pueden obtener con nosotros y también conocer que somos capaces de hacer.

Un ejemplo interesante y curioso es el de la propuesta de venta que acerca de su persona hiciera Leonardo de  Vinci a Federico Sforza Duque de Milán en 1482 con el propósito de ofrecer  sus servicios y buscando su apoyo. En dicho ¨pitch¨, luego de la introducción, Leonardo dijo al Duque.

—  Puedo hacer puentes.

—  Demoler  castillos.

—  Hacer el cañon más ligero que exista.

—  Construir túneles subterráneos.

—  Llevar agua de un lugar a otro.

—  Construir edificios públicos y privados.

—  Esculpir en bronce, mármol y arcilla.

—  Pintar y

—  Asumir la construcción del caballo de bronce en honor a su padre.

Como si todo esto fuera poco, dijo Leonardo para concluir:

Si algo de esto le resulta inimaginable, indemostrable  o irrealizable puedo hacerle una demostración  en su castillo o donde Ud. decida.

Dicen los historiadores que nunca le contestaron pero que lo contrataron por los próximos 16 años.

Después de conocer esta curiosidad histórica, podemos concluir que hasta hoy el reto sigue siendo el mismo.

Mar 052012
 

Hay un principio en la comunicación de marketing que dice que: ¨cualquier señal que emite una organización es síntoma de su estado de salud¨. Desde esta perspectiva, cualquier cosa que digamos o expresamos y la forma en que lo hagamos irá inexorablemente a conformar lo que se conoce como imagen de marca, la que solo existe, de manera  subjetiva e intangible en la mente de nuestros públicos.

Quiero llamar la atención de los lectores sobre algo que pudiera considerarse como una suerte de ¨vicio¨ sobre todo en los países del tercer mundo, lo que afecta considerablemente la credibilidad de cualquier proyecto, artista o entidad y que tiene que ver con lo que denomino la NO respuesta.

Existe una tendencia casi generalizada a no contestar. Todos los días me enfrento a este problema en la gestión de este blog. Me escriben personas y colegas de muchos países interesándose por mi trabajo y con reclamos tan variados como : dónde pueden adquirir mi libro,  solicitándome la posibilidad de asesoría puntual para sus proyectos, invitándome a colaborar con ellos en proyectos concretos, invitándome a eventos ,cursos o  conferencias de diferente temática, pidiéndome contacto por skype etc.

Esté o no complicada, a todos trato de contestarles lo más rápidamente posible y para sorpresa mía, sin importar el nivel de entusiasmo expresado por la otra parte sobre mi trabajo, recibo por respuesta muchas veces el silencio.

Esto es sencillamente fatal para cualquier proceso de gestión y afecta directa e inexorablemente la credibilidad e imagen de cualquier emisor.

Nunca se quede callado y conteste. El español es un idioma riquísimo, y Ud. tiene mil maneras de crear una relación permanente con una persona aún y cuando en este momento no pueda establecer una relación de trabajo puntual. Lo primero es agradecer una respuesta, y después argumentar cuál es la situación de una manera elegante como puede ser: lo mantendremos al tanto, vamos a evaluar su posible participación, ahora no es posible realizar el proyecto como lo habíamos pensado pero dejamos las puertas abiertas para un futuro, mantenemos contacto… etc.

Cualquier cosa que Ud. diga o no diga va a pesar sobre la credibilidad de Ud. y su proyecto pero el silencio no es buen aliado para ninguna imagen de marca consistente. Piense en esto y haga un esfuerzo sostenido por contestar a todo y a todos.