Hoy quiero reflexionar con Uds. acerca de un tema de extraordinaria importancia para todos aquellos que quieran mercadear sus producciones artísticas de una manera efectiva.
Creo haber comentado en posts anteriores, que resulta fundamental cuando nos proponemos introducirnos en cualquier mercado, pensarnos primero en términos de producto, y varios son los razonamientos que tenemos que hacer en este sentido.
Uno de los elementos de partida, es tener claridad acerca de cuál es la naturaleza de lo que hacemos y quiénes podrían ser nuestros competidores potenciales. La propia naturaleza del arte, hace que muchas veces lo que hacemos no sea “químicamente” puro y no pueda clasificarse o catalogarse en categorías conocidas, ya que muchas veces lo que hacemos puede ser totalmente vanguardista y puede romper cánones tradicionales y dar lugar a nuevas estéticas o quizás también pueda ocurrir que somos capaces de hacer más de una cosa y tenemos que definir con claridad qué es lo que hacemos , cómo queremos posicionarnos y con quién realmente queremos competir.
Pongamos un ejemplo sencillo :
- Un percusionista que construye sus propios instrumentos de percusión de manera artesanal y que además los toca,puede promoverse como músico-artesano o artesano-músico y esta primera definición de partida decidirá el plan de juego que va a desarrollar en términos de mercado. Si se decide por la música, toda su estrategia de penetración y de búsqueda de circuitos, tendrá que ver con ello como primera variante y la construcción de instrumentos “adornará” su trabajo. Si decide lo contrario , deberá posicionarse como un artesano o constructor de instrumentos de percusión que avala su trabajo con sus conocimientos musicales. Si decide posicionarse por ambos circuitos pues tendrá que potenciar sus capacidades en ambos y estás se apoyarán mutuamente. Todo esto es vital para poder reconocer quiénes son y dónde están sus competidores reales, y trazar estrategias de comunicación promocional y de penetración de mercado consistentes y sólidas.
- Dos grupos de flamenco, que a simple vista hacen lo mismo, pueden pensarse internamente como producto de manera totalmente diferentes. Mientras uno se concibe como un grupo de danza flamenca que se acompaña de músicos, otro puede asumirse como un grupo de música flamenca que se adorna con bailarinas. Ambos parecen lo mismo, pero la definición de partida a que lleguen como producto definirá el resto de toda su estrategia de mercadeo y posicionamiento o competen por la música o por la danza , y éstos son circuitos totalmente diferentes.
Es muy importante que todos los artistas se detengan un momento antes de iniciar cualquier acción de mercado y piensen bien como qué quieren ser percibidos ,en que circuitos quieren competir y que nivel de circuito aspiran para su producciones. En función del circuito al que se integren, su nivel y competidores dependerá en mucho como van a ser percibidos por los públicos. Algunas producciones artísticas de vanguardia transitan muchos tiempo por una suerte de “incomprensión”, hasta que la propia crítica y el público comienzan a reconocerlos como algo nuevo, diferente y único. Muchas de estas producciones artísticas son “hibridos” o nuevas maneras de hacer las que rompen con lo establecido y llegan a determinar nuevas categorías de clasificación del arte y nuevos circuitos artísticos. Si este es su caso, tenga paciencia y trate de explicar a toda costa en que consiste su diferencia . Tiene que desarrollar en sus públicos externos un nuevo gusto estético.