Todavia la palabra marketing pone de cabeza a gestores de artistas y hasta a los propios artistas.
No es un sentimiento infundado. Yo lo reconocería como un desconocimiento falto de actualización, y en algunas circunstancias hasta un comodín salvador.
Es como si la palabra estuviera ” endemoniada” y fuera el enemigo en mayúsculas del arte ,cuando en buena medida, y si se utiliza bien, puede ser un gran aliado de los artistas y del buen arte.
Es visto, como muchas veces se utiliza el marketing para hacer cosas de mal gusto ,que satisfacen las necesidades de un tipo particular de público con grandes beneficios económicos , siendo este el beneficio que realmente se espera, pero esto no quiere decir, que debemos dejar a un lado los enfoques y técnicas del marketing cuando queremos colocar ante el público el verdadero arte.
Con el buen arte podemos curar, emocionar, hacer reir, llorar y sentir que hemos tocado el cielo y si además es nuestro propósito podemos hacer dinero , pero esto lo decidimos apriori. No podemos de antemano negarnos a utilizar un universo de recursos y herramientas valiosisimos para nuestro trabajo diario porque alguien las considere peyorativas. Hay que estudiar, hay que aprender, hay que aplicar, y después hacer nuestro propio juicio de que o no es bueno.
En el mercado está la génesis del desarrollo de la humanidad , no podemos desconocer esto , ni obviar la caja de herramientas que el marketing nos ofrece para lograr que nuestro intercambio se haga de una manera profesional.
El marketing para los artistas debe dejar de ser visto como un enemigo, debe ser visto como un aliado. Los objetivos que nos propongamos lograr con nuestro arte los decidimos nosotros , no nos lo decide nadie.