Jul 272017
 

El problema de los precios es un dolor de cabeza, pero por todo producto artístico, el público está dispuesto a pagar algo. Cuánto es ese algo es la pregunta.

Para poner un precio lo primero es tener claro que hacemos y dónde estamos y estudiar que hace la competencia que oferta algo parecido a nosotros. Hay que tener en cuenta que para cada mercado va a existir un precio particular.

Muchas veces me escriben artistas de determinada latitud, haciéndome esta pregunta, que lamentablemente no puedo contestar, porque no conozco lo que hacen y dónde están.

Es imprescindible que estudien que precios se mueven para lo que hacen y para el nivel y reconocimiento que tienen. Primero en su mercado, y después en el ámbito internacional que les interese. No es lo mismo presentarse en New York que en Uruguay, ni es lo mismo el poder adquisitivo del público. En esto los presentadores, galeristas, discográficas, etc. tienen total experiencia y pueden ser buenos aliados.

Lo primero es promoverse en alguna área. Yo sugiero la local.

Por la aceptación que en esta área tengan nuestro producto, podremos saber que si lo que hacemos gusta o si no gusta (puede ser que el gusto local no coincida con el de ustedes). Bueno, en este caso debemos tenerlo en cuenta pero esto no debe desanimarlos a lo mejor, para este público no funciona lo que hago pero para otros.

Cuanto están  dispuestos a pagar los públicos, siempre podrá darnos una idea del precio de lo que hacemos.

Estos, salvo casos extremos, que son “descubiertos” y lanzados al mercado grande con gran éxito, son los casos generales. Por tanto, no queda otra que trabajar, trabajar y trabajar.

No  se desalienten, el trabajo del marketing del arte es muy difícil y en él los precios más.

Requiere mucha constancia  y esfuerzo y dedicación, pero el regocijo es grande cuando vemos que el  público reacciona positivamente.

Mucho esfuerzo y suerte.

 

Jul 182017
 

Cualquier proyecto artistico, sin importar su naturaleza o alcance debe tener un nombre, y la definición de éste, es uno de los grandes retos que cualquier gestor debe enfrentar.

La cosa parece sencilla pero no lo és. Cualquier nombre comercial o artístico va a convertirse en el referente esencial de mercado con el cual se va a asociar la naturaleza de cualquier proyecto, su proyección artística y su calidad.

Cualquier nombre va a generar una serie de asociaciones de diferente naturaleza que van a derivar en la imagen de marca de cualquier proyecto y ésta es de una variable de valor incalculable, pues una vez que se genera en la mente de los públicos va a ser muy dificil de modificar.

En la selección de cualquier nombre tenemos que ser muy cuidadosos pues este debe sugerir asociaciones que estén en línea con lo que hacemos o deberá ser lo suficientemente ambiguo para que nos permita experimentar sin convertírsenos en una camisa de fuerza.

He trabajado con proyectos que se han llamado por ejemplo :Ballet Español fulana de tal y cuando he visto la propuesta me he dado cuenta de que no bailan español , aunque en su raíz esté lo básico del baile español. Peligro…. si usted se vende como algo ¨español¨ el público tiene un referente mental de ello y por tanto desarrolla una expectativa hacia su propuesta  que no va a  encajar con lo que usted hace y eso va a resultar fatal .

Otro problema es el cambio de nombre. Cada vez que su usted se cambia el nombre va a estar botando una inversión de capital, tiempo y esfuerzo, y lo peor es que va a estar ¨desmontando¨ una imagen de marca hacia su propuesta que ya se ha ido formando en la mente del público y que cuesta mucho tiempo desarrollar para lograr el posicionamiento que buscamos.

Moraleja: No se ponga un nombre a la ligera. No lo cierre de tal forma que no le permita crecer. Pienselo en varios idiomas y trate de llenarlo  de significados consistentes con su propuesta estética y sus objetivos.

Desde la perspectiva del marketing, el nombre es un activo intagible de gran valor para cualquier artista o proyecto y debemos cuidarlo como tal.