El problema de los precios es un dolor de cabeza, pero por todo producto artístico, el público está dispuesto a pagar algo. Cuánto es ese algo es la pregunta.
Para poner un precio lo primero es tener claro que hacemos y dónde estamos y estudiar que hace la competencia que oferta algo parecido a nosotros. Hay que tener en cuenta que para cada mercado va a existir un precio particular.
Muchas veces me escriben artistas de determinada latitud, haciéndome esta pregunta, que lamentablemente no puedo contestar, porque no conozco lo que hacen y dónde están.
Es imprescindible que estudien que precios se mueven para lo que hacen y para el nivel y reconocimiento que tienen. Primero en su mercado, y después en el ámbito internacional que les interese. No es lo mismo presentarse en New York que en Uruguay, ni es lo mismo el poder adquisitivo del público. En esto los presentadores, galeristas, discográficas, etc. tienen total experiencia y pueden ser buenos aliados.
Lo primero es promoverse en alguna área. Yo sugiero la local.
Por la aceptación que en esta área tengan nuestro producto, podremos saber que si lo que hacemos gusta o si no gusta (puede ser que el gusto local no coincida con el de ustedes). Bueno, en este caso debemos tenerlo en cuenta pero esto no debe desanimarlos a lo mejor, para este público no funciona lo que hago pero para otros.
Cuanto están dispuestos a pagar los públicos, siempre podrá darnos una idea del precio de lo que hacemos.
Estos, salvo casos extremos, que son “descubiertos” y lanzados al mercado grande con gran éxito, son los casos generales. Por tanto, no queda otra que trabajar, trabajar y trabajar.
No se desalienten, el trabajo del marketing del arte es muy difícil y en él los precios más.
Requiere mucha constancia y esfuerzo y dedicación, pero el regocijo es grande cuando vemos que el público reacciona positivamente.
Mucho esfuerzo y suerte.