Oct 132010
 

Como he señalado en post anteriores ,cualquier acción de mercadeo en la actividad artística tendrá que tener en cuenta un espectro de imágenes de diferente naturaleza y alcance que se complementan unas a otras.

Un elemento importante en cualquier acción que desarrollemos y que también tenemos que tener en cuenta en cualquier acción de mercado que hagamos, es la llamada “transferencia de imagen”. La transferencia de imagen es un fenómeno que se produce al margen de nuestra voluntad y que se genera en los públicos por asociación.

Ya sea en el propio proceso de creación artística, en la búsqueda de apoyos para nuestra gestión a partir de la procuración de fondos, o en la búsqueda de colaboraciones de diferentes tipo, la imagen de marca que cada uno de nuestros “aliados puntuales” haya generado por acumulación en los diferentes universos de públicos con que trabajemos va a pasar inexorablemente a nosotros y a nuestro trabajo.

Muchas veces en la desesperación por lograr recursos, apoyos y fondos nos aliamos con el primero que aparece y no medimos los efectos que esto puede representar para nuestro trabajo a largo plazo en términos de imagen. Antes de actuar, hay que ahondar un poco en la historia, antecedentes y prestigio de estas personas o entidades en los mercados de nuestro interés, pues  borrar una imagen negativa es un proceso muy difícil y costoso.

En sentido opuesto, el valor positivo de una imagen de marca es incalculable, y muchas veces el solo apoyo o respaldo moral o físico de una figura artística o pública a nuestra gestión vale más que cualquier recurso o fondo que esta nos pueda aportar.
Buscar alianzas para poder desarrollarnos es un problema estratégico, que requiere análisis y que no debemos hacer  a la ligera.