Oct 132010
 

Hoy quiero compartir con los que me leen una experiencia de vida interesante que es lugar común entre  muchos artistas.
En un taller que impartí hace unos meses un alumno se dirigió a la clase y a mi con la siguiente problemática : Tengo un proyecto danzario que ya tiene nombre, tiene bailarines, tiene vestuario, tiene escenografía y tengo ya un espectáculo montado, pero  mi problema es, que ahora que ya lo tengo todo, no se que hacer.

Lo que este artista en ese momento enfrentó, es lo que muchas veces le puede ocurrir a otros, y que no es mas que una suerte de estado de parálisis que se produce una vez que toda la fase creativa y de producción ha terminado y el proyecto entra en una nueva etapa, la de mercadeo, en la que hay que  tratar de conectar la obra con sus posibles públicos . Los artistas que cuentan con algún tipo de recursos pueden apoyarse en equipos especializados que los ayuden en este proceso, pero muchos otros tienen que hacerlo prácticamente solos y este era el caso.

Lo primero que traté de  evidenciar a este alumno, fue que para poder mercadear su proyecto era imprescindible que empezara  a verlo desde una nueva perspectiva , la perspectiva de mercado (producto, precio, distribución y comunicación ) y que eso exigía el desarrollo de lo que se ha dado en llamar una “mentalidad mercadotecnica” que solo se logra estudiando y tratando de comenzar a ver lo hecho con nuevos ojos. Esta realidad, y la necesidad de otros muchos artistas y proyectos maravillosos con los que la vida me ha permitido interactuar, me llevó a  escribir el libro que en este blog ustedes encontrarán, cuyo objetivo principal es ofrecer a los artistas y sus equipos de trabajo una aproximación a esta forma particular pensamiento y acción. No existen recetas de cocina para mercadear por lo que es imposible ofrecer a los lectores formulas mágicas para alcanzar el éxito, pero sin embargo, si es posible ofrecerles espejuelos nuevos para que se asomen al complejo mercado del arte con una nueva mirada que les permita potenciar sus proyectos, captar públicos  y competir con conocimiento de causa.

Oct 132010
 

Como he señalado en post anteriores ,cualquier acción de mercadeo en la actividad artística tendrá que tener en cuenta un espectro de imágenes de diferente naturaleza y alcance que se complementan unas a otras.

Un elemento importante en cualquier acción que desarrollemos y que también tenemos que tener en cuenta en cualquier acción de mercado que hagamos, es la llamada “transferencia de imagen”. La transferencia de imagen es un fenómeno que se produce al margen de nuestra voluntad y que se genera en los públicos por asociación.

Ya sea en el propio proceso de creación artística, en la búsqueda de apoyos para nuestra gestión a partir de la procuración de fondos, o en la búsqueda de colaboraciones de diferentes tipo, la imagen de marca que cada uno de nuestros “aliados puntuales” haya generado por acumulación en los diferentes universos de públicos con que trabajemos va a pasar inexorablemente a nosotros y a nuestro trabajo.

Muchas veces en la desesperación por lograr recursos, apoyos y fondos nos aliamos con el primero que aparece y no medimos los efectos que esto puede representar para nuestro trabajo a largo plazo en términos de imagen. Antes de actuar, hay que ahondar un poco en la historia, antecedentes y prestigio de estas personas o entidades en los mercados de nuestro interés, pues  borrar una imagen negativa es un proceso muy difícil y costoso.

En sentido opuesto, el valor positivo de una imagen de marca es incalculable, y muchas veces el solo apoyo o respaldo moral o físico de una figura artística o pública a nuestra gestión vale más que cualquier recurso o fondo que esta nos pueda aportar.
Buscar alianzas para poder desarrollarnos es un problema estratégico, que requiere análisis y que no debemos hacer  a la ligera.

Sep 132010
 
Ya sea en la actividad artística o en cualquier otra, el tema de la auto imagen es vital a tener en cuenta para poder desarrollar una labor de mercadeo acertada.
La forma en que nos auto percibimos es vital para poder desarrollar una gestión de mercadeo y una estrategia de comunicación promocional efectiva de lo que hacemos . La  autopercepción puede estar referida a nuestra persona, a nuestra gestión o a nuestra producción artística y es algo de lo que nadie puede escapar. Siempre vamos a desarrollar una  percepción hacia “adentro” pero es esencial que no siempre nos dejemos arrastrar por lo resultados a que lleguemos, pues puede ocurrir que el hecho de pensarnos como lo que no somos haga que nos equivoquemos en el público a quien nos dirijamos, el precio que fijemos, los intermediarios que utilicemos para llegar a nuestros mercados finales y  los códigos y medios de comunicación que seleccionemos.
Por poner un ejemplo sencillo: si nos pensamos como exclusivos y no lo somos, estaremos apoyándonos en toda una serie de variables de mercado equivocadas para sintonizar con nuestros públicos, los que además desestimarán nuestra propuesta por considerarla engañosa. No debemos etiquetarnos precipitadamente y debemos dejar que sea el propio mercado, la crítica y el público los que nos coloquen en el lugar que nos corresponde.
Las señales objetivas, subjetivas y discursivas que emitimos individualmente o como grupo en nuestra condición de producto, son percibidas por los públicos como rasgos de identidad y ellos van conformando lentamente nuestra imagen de marca. Esta imagen de marca, que se genera en la mente de los públicos, puede llegar  a ser extraordinariamente fuerte, constituyéndose en un activo intangible de extraordinario valor para cualquiera y como la mas valiosa en términos de mercado.
Nunca vamos a dejar de auto percibirnos, pero tenemos que ser muy objetivos al utilizar esa auto percepción con fines de mercadeo, pues ella puede salvarnos o hundirnos.
Sep 132010
 
No puede haber mercadeo de arte sin imagen artística. Cada obra de arte, en su condición de imagen artística como dije en el post anterior, es una suerte de “solución” creativa que cada artista da como respuesta a las diferentes inquietudes estéticas que siente en un momento dado y esta imagen puede plasmarse o materializarse através de diferentes soportes y medios.
Para los que trabajamos en el mercadeo del arte, cada imagen artística es un producto concreto que tenemos que ser capaces de ayudar  a  sintonizar con los diferentes públicos. Nunca dos imágenes artísticas, ni aun siendo del mismo autor van a ser iguales, por lo que cada una requerirá de un esfuerzo de mercadeo particular y único.
Para poder realizar un mercadeo efectivo del trabajo de cualquier artista es imprescindible ante todo adentrarnos en su esencia y en sus rasgos de identidad particulares, pues vender es vender una diferencia y esto nunca lo podemos perder de vista.
Muchas veces la obra de un artista está marcada por rasgos particulares y únicos como pueden ser un estilo, una sonoridad, un formato, un motivo repetido, una forma particular de hacer etc. y esto resulta para el mercadeo una gran ventaja pues la existencia de un sello sólido desde el punto de vista creativo facilita todo el trabajo de construcción y generación de una marca y de una  imagen de marca consistente.
También es importante tener en cuenta que algunas veces una obra concreta de un artista es tan fuerte en términos de imagen, que “colorea” para siempre el resto de su producción.
A partir de la promoción de las diferentes imágenes artísticas y de su “consumo estético” por parte del público, se generan  en la mente de éstos, imágenes estéticas secundarias que responden a su capacidad de percepción, subjetividad, sensibilidad, etc. y es esta generación de imagen estética secundaria la que resulta vital para el mercadeo del arte.
No importa lo que un artista haya querido decir, lo importante es conocer cómo lo percibió el público y como lo posicionó en su mente dentro de su categoría de imágenes previas.
Sin público no hay obra de arte, y solo mediante el consumo estético estas se realizan en el mercado como productos acabados de ahí la importancia para el mercadeo de arte de conocer los públicos y como una imagen artística impacta en ellos.
Sep 132010
 

Dos categorías que resultan motivo de gran interés en el mercadeo de producciones artísticas son:

La imagen artística y la autoimagen.

Es muy importante tener claridad que estos dos tipos de imágenes tienen diferencias sustanciales tanto en su origen, como en su proceso de generación, en quién la percibe, y que disciplina del conocimiento las estudian.

La imagen artística , su formación, su esencia , y todo lo relacionado con ella tanto en términos psicológicos, creativos, sociales, filosóficos, sociológicos, psicoanalíticos o de cualquier otra naturaleza, constituye una forma especial de reflejo de la realidad y es estudiada por la estética. Algunos autores consideran a la imagen artística como una imagen-proceso y no solo como una estructura hecha. Esta imagen-proceso comprende: Una imagen-inspiración, una imagen-obra y una imagen-percepción y se  da  a partir de siguientes etapas o aspectos.

  • La formación de la idea artística que se da como resultado de la inspiración en la mente de los artistas, y cuya fuente de estimulo puede ser un objeto concreto o un argumento,un sentimiento, un problema, etc.
  • La objetivación de este  pensamiento artístico, que no es mas que su representación o materialización en lo que se ha dado a llamar ” material del arte ” . Este material comprende  todos los lenguajes soportes y medios de que el artista se vale para lograr un resultado final u obra percibible estéticamente.
  • La obra terminada en su condición de imagen artística. Una forma interesante de explicar el carácter único y particular de cada imagen artística, es aquella que dice que cada una de ellas es una suerte de ” solución ” que los artistas consiguen para dar respuesta a sus necesidades expresivas en un momento dado de su vida. Un cuadro, una novela, una coreografía, un film o una canción son soluciones puntuales a “crisis de creatividad ” que se traducen en imágenes artísticas únicas.
  • La percepción artística, que es la que cierra el sistema, es la que se genera como imagen secundaria en la mente de cada uno de los públicos (de manera particular y única) cuando se enfrentan a una propuesta artística.
    Es común que se le dedique por la estética poco tiempo a este último aspecto,  y se profundice más en como se establece esa relación particular entre el artista y su obra ,pero  sin embargo, para el mercadeo del arte la percepción estética resulta fundamental ,pues si no sabemos cómo reacciona la mente y la sensibilidad de los públicos ante nuestro trabajo estamos ciegos.

Con relación a la autoimagen los interesados en el fenómeno tienen que adentrarse en los principios que propone la psicología como ciencia. La autopercepción o autoimagen se produce cuando nosotros subjetivamos nuestra identidad y desarrollamos una imagen de nosotros mismos ya sea a nivel individual, grupal o organizacional.  Esta autoimagen puede ser positiva o negativa y puede resultar “engañosa” para nuestra gestión,cuando nos pensamos como lo que no somos, o nos pensamos por debajo o por arriba de lo que realmente estamos en condiciones de ofrecer. Auto categorizarnos puede resultar muy peligroso pues un sello mal puesto puede lastrar todo nuestro trabajo e impedir conectarnos con el público al estar vendiéndonos como lo que no somos. Hay que tener un poco de paciencia y esperar que la crítica, el público y a veces la historia nos ubique en un lugar concreto.